domingo, 28 de septiembre de 2014

Viviendo lejos de ti

 "Llegué a pensar que el amor era algo ficticio que solo se podía encontrar en cuentos de hadas". 
        Ellas dos eran sus propias musas, sus vidas estaban enlazadas, sus corazones eran uno solo.
 Eran dos jóvenes, cada cual con su personalidad tan diferente pero tan similar, las edades diferenciadas por el tiempo pero no por el amor, todavía el el instituto experimentaron un verdadero y puro amor que a día de hoy aún perdura. 
Melanie, la mayor con 18 años de edad y pelo castaño, estudiaba artístico en el bachillerato San Lucas para estudiantes modelo en el cual quedaba un mes para su finalización a la vez que Lynsie, la menor con 14 años y unos bonitos ojos verdes, estudiaba la educación secundaria obligatoria en el instituto San Lucas siendo una de las primeras de su clase. 

Aquel nefasto día una mala noticia llegó a oídos de Lynsie. Aquella semana era la última para que le llegara el verano, estaba feliz por poder pasar tiempo junto a Melanie y ya contaba los días. Pero ella desconocía lo que se le iba a venir encima; el teléfono sonó. 
 - ¿Hola? ¿Melanie? - Se le escuchó decir a Lynsie.-
 - ¿Estas libre esta tarde? Tengo que hablar contigo, es importante.-Un tono de tristeza se notaba en la voz de Melanie.-
 - Ah, claro Mel pero ¿Por qué tan de repente? 
 - Tú simplemente ven a mi casa, te estaré esperando 
      Sonó el pitido que anunciaba el fin de llamada.
  "¿Qué mosca le habrá picado?"  Asustada, corrió hacia la casa de su amada. Al llegar se percató de que cajas, envases y más cajas yacían en el jardín de la entrada y su confusión aumentó con lo que rápidamente llamó a la puerta. din-don ♪
La puerta se abrió y detrás la madre apareció.
- Lynsie, que agradable sorpresa ¿Como te va todo? 
- Muy bien, Sra. Lawrence, pero ahora mismo necesito hablar con su hija.
- Me alegro mucho Lynsie, Melanie está arriba. 
- Muchas gracias Sra. Lawrence. 
Amablemente la madre de Melanie le dedicó una sonrisa a Lynsie y esta subió rápidamente en busca de Melanie. Se dirigió a hacia la puerta que estaba entre ella y el cuarto de Melanie. Tocó dos veces y entró sin esperar permiso. Melanie estaba sentada cabizbaja en su cama sin siquiera dedicar una mirada a la puerta.
- Melanie.- Dijo Lynsie casi a media voz. Con una ligera y nerviosa risa le preguntó.- ¿Qué son todas esas cajas de fuera? No es nada grave ¿Verdad? 
Melanie alzó la mirada hacia Lynsie.- Mi niña... - Se levantó y abrazó a la asustada pequeña.- Todo estará bien... Prometo que todo estará bien... - Lynsie estaba cada vez más nerviosa y asustada por las palabras de Melanie.-
- Mel... ¿Qué pasa?.- Mel se aferró más a ella y le contestó.-
- Las cajas de ahí fuera... Mañana tengo que mudarme... 
- ¿M - Mudarte? - Dijo Lynsie soltando su abrazo al borde de las lágrimas, en la expresión de Melanie se reflejaba el dolor de la situación. 
- Si... La universidad queda lejos de aquí y bueno... Mis padres creen que eso es lo mejor...
- N - no... No puedes irte... - Las lágrimas comenzaron a descender de el rostro de Lynsie.-
-Los fines de semana estaré libre, podríamos... vernos, pasar tiempo juntas...-Melanie, callada, se quedó pensativa- Aún siendo un fin de semana cada mes, podríamos vernos.
Lynsie sin poder contener las lágrimas se abrazó a la mayor y suplicó que no se fuera, que se quedara a su lado. Melanie sintiéndolo mucho le explicó que era una universidad con mucho nivel, que cuando la terminara podrían vivir de lujo las dos juntas. Los intentos de ánimo no funcionaron pero Lynsie no se quejó más. Pasaron el rato juntas, hasta bien entrada la noche, después Melanie acompañó a la menor a su casa.
Al poco rato de cenar, cada una se fue a su cuarto, a hablar entre sí. Lynsie había comprendido la importancia que tenia para Mel acudir a esa universidad y le había deseado los mejores días. A lo cual, la mayor respondió con un "Si fuera a tu lado serian perfectos".
Melanie se fue, con una cálida despedida de su pequeña novia, a la cual echaría más de menos que a cualquiera. Aquellos días, difíciles y solitarios para ambas se hicieron largos; demasiado largos.
Las compañeras de las dos chicas, las cuales sabían de su relación, notaban la depresión del ambiente y quisieron hacer algo, solo que la amiga de la mayor tenía otros planes para la menor. 

Un día cualquiera la amiga de la mayor, Penelope, con perversas intenciones llamó a Lynsie.
- ¿Diga? - Se escuchó al otro lado del teléfono.- 
- Lynsie, soy Penelope, la amiga de Melanie ¿Me recuerdas? - Lynsie dudó un momento sobre el nombre que le habían proporcionado pero en seguida se percató de quien le había llamado.-
- Sí, claro que me acuerdo eres con la que estuvimos aquella vez en el parque.-
- ¡Exacto! Bien, te quería preguntar si te apetecería dar una vuelta conmigo a solas para hablar sobre Melanie.- Los ojos de Lynsie brillaron al oír aquel nombre.-
-  Claro ¿por qué no? ¿Donde y a qué hora? .- En ese momento se escuchó una leve risa.-
- En el parque a las cuatro y media. 
 En ese instante comenzó la futura pesadilla de Lynsie. 


Continuara~




  


jueves, 3 de julio de 2014

La escapada; calles peligrosas

Me di cuenta de que su rodilla se posaba entre mis piernas y me impedían moverme. Con una de sus manos agarró mis muñecas y las colocó a unos centímetros por encima de mi cabeza. Seguía intentando liberarme pero cuanto más me resistía más presión hacia en mis muñecas, estaba completamente inmovilizado y a su merced. Las lágrimas no paraban de caer desde mis ojos, si era una pesadilla quería despertar cuanto antes.

"¿Que puedo hacer? ¿que hará?" las preguntas atravesaron mi mente pero en ese momento aquel hombre me ató las muñecas al cabecero de la cama y me quitó la ropa, para lo bruto que estaba siendo, empezaba a ser "gentil". Yo estaba desnudo allí, muerto de miedo. Él acariciaba mi pecho con delicadeza pero entonces se levantó y se dirigió hacia algo que parecía un armario, por un instante me permití el lujo de pensar que lo malo ya habría acabado, que finalmente podría abandonar aquel lugar, cuan equivocado estaba... Se volvió hacia mi y pude ver que sostenía algo circular entre sus manos, era un collar negro el cual parecía que se había hecho a mano cuidando todo detalle. Se acerco a mi y para mi asombro delicadamente levantó mi cabeza y me puso el collar en el cuello, "ahora eres mio" decía mientras lo ponía, estaba demasiado asustado como para hablar y como pude me limité a negar con la cabeza, el gesto no le gustó al hombre que rápidamente frunció el ceño.

Sin decir palabra me agarro bruscamente de mis desnudas caderas y me bajó a un lado de la cama al mismo tiempo que me daba la vuelta, quedándome en una postura realmente incómoda, como si estuviera a "cuatro patas" pero con las manos aún atadas al cabecero. Por el rabillo del ojo vi como él volvía al armario e intenté soltarme de todas las maneras posibles pero a pesar de que ahora tuviera algo más de movilidad que antes, me era imposible, escuché sus pasos acercarse y el cuerpo se me paralizó lleno de terror.
Traía consigo un objeto fino y alargado, una fusta, al verla sabia  lo que me esperaba.
Múltiples recuerdos de maltrato por parte de mi familia pasaron por delante de mis ojos en un instante, empecé a sudar y el terror terminó de llenarme, negaba con la cabeza como si eso fuera a hacerlo parar. Forcejear era inútil ya que lo máximo que podía hacer era apenas mover las piernas. En cuanto se encontraba a pocos centímetros de mí comenzó a acariciarme empezando desde las nalgas hasta llegar al collar, lo agarro y dio un fuerte tirón hacia atrás el cual inmediatamente me dejó sin aliento, mientras yo intentaba débilmente volver a respirar llegó el primer fustazo en la nalga derecha e inevitablemente solté un gemido de dolor acompañado de unas lágrimas mientras en su cara se esbozaba una lujuriosa sonrisa, su mano volvió a posarse en mi, esta vez en el hombro derecho y la fue bajando lentamente acariciando cuidadosamente todos los puntos de mi espalda, cambió de mi espalda a mi pecho, siguió bajando hasta llegar a "la parte prohibida", él empezó a tocarla de diferentes maneras e inevitablemente me sonrojé, el seguía sonriendo y por lo que pude observar le gustó mi sonrojo "¿Nunca lo tocaste así verdad?" preguntó dando por hecha mi respuesta. Dejó de tocarlo cuando mi miembro ya empezaba a "crecer" y me dio un fustazo en él sin piedad alguna. Una  corriente recorrió por completo mi cuerpo y pronto se convirtió en dolor, solté una mezcla entre gemido y alarido, las lágrimas volvieron a caer de nuevo, escuché una leve risa por su parte y comenzó a darme fustazos por todo mi cuerpo, a cada cual dolía más y más. Tras unos minutos los cuales me parecieron horas se detuvo y volvió a echarme a la cama para continuar con su "juego".

Se volvió a poner encima mio y acariciaba mi pecho con delicadeza, esta vez como si fuera un tesoro muy preciado para él. No paró hasta que decidió quitarse la ropa, al hacerlo pude contemplar los bien marcados músculos que poseía... continuaba aterrado y volvió a acariciar mi entrepierna dulcemente entre ligeras risas, esta vez se sentía mejor de lo que habría imaginado "En verdad fui el primero en tocarte" afirmó volviendo a dar por hecha mi respuesta y continuó.
Saco un botecito el cual contenía un líquido que parecía blanco de un cajón que se encontraba cerca del cabecero de la cama y  lo esparció sobre mi... estaba frío y se sentía muy raro. En el momento que terminó de esparcir aquel líquido por mi cuerpo, sentí un fuerte dolor. El hombre reía mientras que las lágrimas de dolor recorrían mis mejillas y mis ahogados gritos, a juego con sus embestidas, se perdían en aquel gran y lujurioso sótano.
No sé cuanto tiempo pasamos así, a mi me pareció una eternidad y cuando por fin se iba a alejar de mí, sentí como un caliente líquido me llenaba por dentro. Lloraba, lo único que me salía en ese momento eran lágrimas y gritos. Cuando por fin se separó, reía y jadeaba. En algún momento había empezado a sangrar y todas las sabanas estaban rojas. Ese hombre, cuyas manos todo lo rompen... me quitó la poca inocencia que me quedaba...
Él se fue a saber donde y yo me quede allí, tirado en aquella cama, desnudo y sangrando...
Al final las advertencias de aquellos vecinos eran más ciertas de lo que pensé "estas calles son peligrosas para alguien de mi edad..."

domingo, 29 de junio de 2014

La escapada

Mi nombre es Luke, tengo algo menos de 14 años. En casa... me limito a complacer a mis padres, si llego a levantar la voz... les podría molestar. En clase, intento no llamar la atención e intento sacar buenas notas, pero a veces se me es muy difícil ya que hay varios días en los que falto a clase puesto que los moratones se expanden por manos y cuello.
Por si no fuera poco el asunto de mis padres, tengo un hermano mayor el cual hace más de lo mismo, o incluso cosas peores.
Vivo en un 2º piso, por esa razón, varias personas vinieron a preguntarme que eran esos ruidos y golpes la verdad, siempre la misma pregunta, y yo, siempre la misma respuesta, "sí, estoy bien, no es asunto vuestro", siempre la misma mentira.... algo en mi cabeza empezaba a surgir, como un leve pensamiento en mi mente "acaba, vete" decía "huye, escapa de todo el sufrimiento". La voz sonaba fría pero cada vez tomaba más y más fuerza.
Armándome de todo el valor del cual disponía, tomé la decisión de hacer lo que aquella voz me dictaba, ya no quería más ¿Qué podía perder? Recogí algunas prendas en una mochila junto a dinero y algo de comer. Aprovechando la salida que la familia hizo aquel día, atravesé la puerta de la entrada.
Me encontré con algunos conocidos en la zona común, simplemente no contestaba sus preguntas o amenazas de llamar a la policía. Que era peligroso andar por la calle decían, que no era bueno para un niño de mi edad decían ¿Ellos que sabían? En aquel entonces, estaría mejor en cualquier otro sitio alejado de mi casa.
Me alejé de aquel lugar lleno de gente que me "conocía" y me adentré en calles que desconocía, no había demasiada gente por allí y el hedor de la mugre inundaba por completo las calles, seguí adelante intentando no dar media vuelta y volver a aquel lugar de tortura, ni pensarlo esto era lo que yo había decidido.
Caminé bastante y empezaba a oscurecer, por suerte para mi se puede decir que me alejé de ese lugar. Me paré en un parque, me senté en un el columpio y saqué mi cartera.  La miré y conté el dinero, no era mucho así que tendría que encontrar alguna forma de ganar dinero.
La noche empezaba a caer y todo era cada vez más oscuro, a pesar de aquella oscuridad yo seguía en aquel parque, el inquietante silencio que se percibía por todo el parque no me aterró, me gustaba estar allí.
Aunque no me gustase la noche, aquella vez la agradecí. No estaban mis padres, ni mi hermano, ni mis compañeros... todo estaba bien así.
El sonido de aire entró por mis oídos y me sobresalté levantando la cabeza y mirando para los lados.
No parecía que hubiera nada, solté un pequeño suspiro de alivio y redirigí mi mirada al suelo, una especie de crujido sonó a unos metros por delante de donde yo estaba, mire hacia allí y esta vez el miedo empezó a crecer en mi interior. Una sombra oscura se acercaba a mí, por su silueta se podía ver que era un hombre grande y fuerte.
La luz de la farola parpadeaba y cuanto más se iba acercando el sujeto, más miedo se adentraba en mí. El señor se posó debajo de la parpadeante farola y al ver su cara, sus ojos no paraban de mirarme y recorrerme, me levanté de inmediato aunque me temblaban las piernas y apenas conseguía estar de pie, el señor se acercaba lenta aunque constantemente y el miedo se convertía en terror. Cuando cogí la mochila y me di la vuelta para irme de allí, sentí una fuerte presión en mi muñeca, al darme la vuelta me quedé paralizado por el terror.
Me agarraba de la muñeca fuertemente y sonreía con una amplia sonrisa de medio lado; era el fin. Sus ojos le brillaban y cada vez notaba más su mano en mi muñeca, intenté liberarme de su agarre de algún modo pero fue en vano. Intenté moverme, correr, pero mi cuerpo no respondía y el terror era cada vez mayor.
En algún momento ese sujeto empezó a tirar de mí y a sacarme fuera del parque, me arrastró unos cuantos metros por la calle y me metió en un sótano donde la decoración era algo extraña.
No me gustaba aquel lugar y menos estando él aquí, sin contar lo tétrico y extraño que parecía todo en aquel sótano.
Hacía no mucho que había dejado de agarrarme y aun tenía la muñeca dolorida, al mirar su estado vi que estaba completamente roja con alguna que otra parte morada.
Instintivamente me aleje de él y busqué alguna salida con la mirada aunque sin resultado.
No pude hacer otra cosa que ir al lado más alejado de donde se encontraba él y esperar a que no sucediera nada. Mis rezos fueron en vano ya que en cuanto se quitó el abrigo vino hacia mí y con un rápido y certero movimiento me tiró a un colchón quitándome la mochila de las manos. En cuanto intenté levantarme se echó encima de mi, forcejeé para que se quitara pero era demasiado grande y apenas le hice nada.
Empecé a sentir calor en la mejillas y un picor en la nariz, el rió y me empezó a acariciar la cara, en ese mismo momento una lágrima descendió de mis ojos, estaba llorando.

Continuará~

Presentación del blog

¡Muy buenas! este blog va a estar formado por dos personas, yo mismo Fredegar y Haru que se presentará más abajo, escribiremos historias, relatos y más tipos de narraciones.
Yo soy Fredegar y no es que haya mucho que contar, espero que os gusten mis relatos, iréis viendo mi estilo y temas a medida que vaya escribiendo, aquí os dejo a la loca de Haru.
¡ei, ei, ei! Mi nombre es Haru y esta user os divertirá con historietas y libros enteros con muchas letritas de amor<3. Espero que lo disfruten muchisisisimo y muchisisisisimos besos para todos los príncipes y princesas que hay por aca cerca <3. Así que sin más dilación, ¡Empecemos con la primera historia!

FAQ general:

-Edad:
Fredegar: 15 casi 16
Haru: 13 casi 14

- ¿Donde vivís?
Fredegar: En algún lugar, por ahí perdido
Haru: Donde mi mente quiera imaginar

- ¿Gustos literarios?
Fredegar: Me gustan principalmente los géneros de fantasía, acción y misterio, aunque no desprecio un buen libro.
Haru: A Haru le gusta el romance. Sobre todo el yaoi (?). También le gusta el misterio, acción, la fantasía, el suspense y el drama. Mis gustos literarios pueden cambiar depende del libro.

-¿Temas de escritura preferidos para relatar?
Fredegar: No suelo tener temas preferidos al escribir.
Haru: Me da igual el tema mientras que el mensaje se reciba.

- ¿Redes sociales?
Ambos: tenemos; Ask, Steam, Skype, tuenti, facebook y twitter

-Extra; Gustos culinarios (?)
Fredegar: Tengo un amplio abanico de comidas favoritas.
Haru: A Haru le gustan las cosas hermosas que sean dulces.

Extra Nº2; manías
Fredegar: Suelo poner muchas o incluso demasiadas comas, tengo manía de relatar en primera persona y escribo párrafos y frases largos
Haru: A Haru le gusta escribir en tercera persona, escribe frases y párrafos cortos, tiene la manía de incluir palabras japonesas y etc y etc..